
La mochila pulverizadora es un equipo manual usado para realizar aplicaciones eficientes en cultivos de pequeña extensión. Por su carácter portátil es de manejo práctico, pero ello no descarta el cuidado al calibrarla.
El equipo es un depósito fijado a la espalda del operario por dos correas. La presión se dispensa por una bomba de pistón o diafragma accionado manualmente con una palanca a un costado. El caldo pulverizador sale por uno o varios picos, según sea el modelo con barra o de un solo pico.
Su relación de costo eficiencia depende del manejo adecuado. En este artículo te explicaremos los secretos para su óptimo aprovechamiento.
La decisión de realizar aplicaciones sobre el cultivo con mochila pulverizadora obedece a la necesidad de controlar enfermedades, plagas o malezas. En cualquiera de los casos existen fitosanitarios y coadyuvantes pertinentes.
El profesional identifica por monitoreo el agente perjudicial y prescribe en una receta fitosanitaria adecuada. Luego, elige el producto más eficaz para neutralizar la amenaza sobre el cultivo.
[Tweet “La mochila pulverizadora puede emplearse con eficiencia en pulverizaciones con fitosanitarios para controlar los agentes perjudiciales.”]
Según se requiera aumentar la cobertura, incrementar la penetración o contrarrestar la evaporación, se mezclan coadyuvantes específicos. Igualmente se incluyen los correctores de agua para evitar deterioro del agente activo por mala calidad del solvente.
Luego de elegido el producto a aplicar, se requiere fijar la dosis adecuada. Así, con base en las características del fitosanitario, se busca su eficiencia. La capacidad y condiciones de la mochila pulverizadora intervienen en este proceso.
Por una parte, se calcula la cantidad de litros a pulverizar por hectárea (I/ha) y la cobertura por cm2 requerida. Por la otra, debe establecerse el ancho de la aplicación, el caudal de la pastilla, la presión y la velocidad de trabajo.
[Tweet “La capacidad de la mochila pulverizadora determina el número de cargas requeridas para aplicar un área determinada a la dosis requerida”]
El marbete del producto establece parámetros que el profesional debe considerar en función de las condiciones específicas del agente tratado. Igualmente, la fase del cultivo brinda información para establecer la dosis requerida en cada caso.
Un dato que debe tenerse presente es la representación de las dosis. Los herbicidas se expresan en l/ha mientras que los fungicidas e insecticidas en litros/100 litros de agua (l/hl).

Una aplicación efectiva con una mochila pulverizadora también depende del cuidado de las condiciones medio ambientales. En este sentido, hay condiciones climáticas adecuadas para realizar el trabajo:
Algunos cuidados adicionales relacionados con el ambiente durante la aplicación que deben tenerse en cuenta:
Una vez que se comprueba el buen estado de la mochila pulverizadora, se procede a calibrarla. Deben verificarse las buenas condiciones de la mochila, bien sea de un pico o con barra portapicos . Con el tanque lleno de agua, se verifica la ausencia de goteos en la barra, picos o pastillas.
Resulta conveniente verificar que las pastillas presenten un desgaste menor al 15%.
Veamos un ejemplo de protocolo de calibración con valores supuestos:
Con los datos ejemplificados previamente podemos de decir que:
En el caso de mochilas pulverizadoras de un pico, se establece el ancho de aplicación y se procede de igual manera.
Finalmente, por una operación simple se determinarán, según la capacidad de la mochila, cuántas cargas serán necesarias para cubrir el área total.
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La mochila pulverizadora es un equipo portátil muy práctico que ofrece un rendimiento eficiente, si se le calibra adecuadamente.
Puede utilizarse indistintamente para pulverizaciones con insecticidas, herbicidas o fungicidas con el apoyo de los coadyuvantes pertinentes.
Además de la elección de los productos adecuados, el especialista debe establecer las dosis específicas de tratamiento.
Las condiciones del ambiente son esenciales en la toma de decisiones para determinar el mejor momento para aplicar tratamientos fitosanitarios.
El protocolo de calibración del equipo debe ser respetado para lograr eficiencia y efectividad.
La pulverización más eficiente es aquella que controla el agente perjudicial al menor costo total posible y con máximo rendimiento económico.
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