
El equipo pulverizador es uno de los aliados responsables del incremento sustancial de la producción agrícola argentina. Se distingue por la eficiencia en la aplicación de fitosanitarios para controlar enfermedades, plagas y malezas.
El avance tecnológico permite desarrollar maquinarias avanzadas para uso del productor agrícola moderno. Técnicas como la agricultura de precisión aumentan la productividad con la incorporación de estos equipos que incrementan la eficiencia.
Si deseas conocer más acerca del tema, te actualizaremos con respecto a esta pieza fundamental para el desarrollo de una agricultura sostenible.
El equipo pulverizador es la maquinaria encargada de fraccionar el caldo de pulverización en millones de gotas. Esta acción se efectúa dentro de un rango de diámetro adecuado de gotas para alcanzar de forma efectiva el blanco a controlar.
El diseño permite determinar las dosis de los fitosanitarios aplicados. Existen equipos de tipo manual, hidráulicos y autopropulsados. Cada uno de ellos requiere un tipo de calibración y manejo apropiado para lograr su máximo rendimiento.
[Tweet “El equipo pulverizador está diseñado para lograr máxima eficiencia en las aplicaciones, si se calibra y maneja adecuadamente.”]
La mochila pulverizadora es el equipo manual más sencillo. Se emplea en pequeñas extensiones y su carga llega a un máximo de 20 litros. La bomba de diafragma o de pistón es accionada con una palanca por el aplicador, quien realiza la pulverización.
En el caso de los equipos hidráulicos resaltan las máquinas pulverizadoras de botalón. Estas se emplean en cultivos extensivos de cereales.
El equipo pulverizador hidráulico constituye un circuito formado por:
Las aplicaciones efectivas son la meta de optimización en el uso del equipo pulverizador. Para ello se deben aprender aspectos fundamentales:
Parámetros de aplicación:
[Tweet “La optimización del rendimiento del equipo pulverizador se logra proporcionalmente con el aprendizaje de su uso por parte de profesionales”]
Otro elemento que debe conocerse es el marco de seguridad establecido en las regulaciones legales. En este sentido, resulta imprescindible la capacitación técnica de los aplicadores.
Conviene mencionar las siguientes regulaciones:
El manejo del equipo pulverizador conlleva un uso responsable por parte del aplicador. La toxicidad de los productos aplicados exige conocimiento por parte de los operadores involucrados.
La seguridad en la aplicación debe alcanzarse en función del aplicador y del entorno.
El aplicador debe estar capacitado en la tecnología de aplicación, dadas las implicaciones de la toxicidad. Nos referimos específicamente a la discriminación entre riesgo y peligro por exposición.
Las vías de ingreso de sustancias tóxicas al cuerpo humano son: dermal, respiratoria y digestiva. Los ojos son una vía expedita de ingreso al torrente sanguíneo.
Debe conocer y utilizar eficientemente los elementos de protección personal (EPP), desde la preparación de la mezcla hasta la aplicación. Tales elementos son:
Debe tener capacidad de calibrar el equipo para controlar la dosis adecuada.
Las precauciones medioambientales serían:
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El mayor rendimiento del equipo pulverizador se alcanza con el conocimiento de sus características y manejo. En este sentido, la asistencia de una empresa de servicios agrícolas como AgroSpray brinda un apoyo integral.
La incorporación de la tecnología más avanzada permite aumentar la productividad al tiempo que se garantiza el desarrollo sostenible.
Toda inversión en formación de aplicadores eficientes redunda en buenas prácticas agrícolas y mayor producción.
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